La meta más importante antes de calentar los ambientes debe ser prevenir que el frío ingrese por las rendijas. Así, arreglos básicos pueden implicar un ahorro de energía para el bolsillo familiar.
¿Cómo lograrlo?
Aislando y tapando corrientes de aire: los hogares que tienen más aislamiento del afuera en aberturas, paredes, cerraduras y pisos, con cierres térmicos, burletes, tapones y doble cristal resisten mejor la entrada de helada y suman hasta un 60% de eficiencia.
Aprovechando el sol: darle espacio a la luz del sol subiendo persianas y cortinas puede reducir la pérdida de calor
Ventilando: se hace necesario airear los ambientes al menos durante 10 minutos para reducir el CO2 y luego cerrar para no desperdiciar el calor de los artefactos. Se alcanza un clima más saludable.
Radiadores, estufas y calefactores despejados: es común que suelen taparse, colocar prendas colgadas o necesiten purga y eso produce un rendimiento deficiente. Gran parte del gasto se da por mal uso.
No excederse de grados: esto eleva el gasto de factura, mientras que una temperatura media ahorra. Lo ideal es estar entre los 16° y 21°.
Cerrar habitaciones que no se usen: esto evita que el calor se disipe y lo contiene en el área deseada.
Colocando cortinas gruesas: Se protege el hogar de la pérdida de confort si se utilizan paños con forro térmico o simplemente tejidos más gruesos.
